Del vinilo rojo al vinilo negro

Para 1991 yo tenía como 11 años. Mientras mi madre hacía pedazos los pocos platos que quedaban, pues nunca ha sido muy delicada que digamos, yo veía televisión. En el tiempo en que ya todas las casas tenían televisores grandes a color y con control remoto el nuestro era un televisor pequeño en blanco y negro de esos de botones de rueda que fracturaban dedos. Seguro aquel televisor nació en los 60's como mi madre. Tantos aires de flower power le vuelan la cabeza a cualquiera, no los culpo. Ella no sintonizaba con nadie y el televisor lo sintonizaba todo a la vez. Ella no era culta, ni lo es ahora, mucho menos refinada, es simplemente la materialización de profundos dolores, solitarios y colectivos, víctima y fruto de las soledades que la han rodeado siempre. Nunca está muy pendiente de nada, sólo de hacer los quehaceres y ni siquiera como mejor puede sino lo más rápido posible. Nunca sin murmurar maldiciones y arrepentiemientos, eso no puede faltar, eso es tan vital como el jabón.

Jamás la vi contenta, ahora que llegué al umbral de los 30's puedo entender lo que veía entonces, y siempre vi una mujer triste, dolida y lo más grave, resignada. Nunca fue cariñosa, ni detallista, ni hacen lo que las madres fabulosas de los anuncios de Suavitel hacen mimar, acariciar a sus hijos y correr por la campiña todas bellas y regias. Yo ni siquiera recuerdo haberla oído reirse a carcajadas en todo lo que llevo de vida. Quizás aquella tarde de aquel año mientras pasaban las noticias sobre los premios Grammy, le vi algo distinto. En el resumen noticioso habían reseñado el galardón por la carrera de Bob Dylan. Yo ni idea tenía de quién era el viejito ese que sonaba tan bien. Mi madre como siempre se quedó impávida. Hasta que se dió cuenta que este pequeño torbellino se había quedado inamovible oyendo una canción. Por primera y creo que última vez en mi vida la vi preguntarme con sinceridad si me gustaba algo. Ya sabemos que la mayoría de los padres dan por sentado que nos conocen absolutamente sólo porque nacimos de ellos, no importa que pasen los años y que ahora detestemos el helado y amemos los vegetales. Inquirió en mis gustos por primera vez y eso me dió casi tanta perplejidad como el viejito. Me perguntó directamente: ¿te gusta Bob Dylan? Recuerdo que me dió algo de vergüenza admitir que me gustaba "un rockero" que no era pelú, ni llevaba maquillaje, ni pantalones de vinyl rojos y lo negué. Es más que obvio que pudo adivinarme, pero dudó y recuerdo que hizo un gesto entre añoro y orgullo de su generación seguido por la desilusión de verme de regreso en mi estado natural desaparecer y aparecer. Ella entonces tenía casi la misma edad que tengo yo ahora y aunque nunca más durante mi adolescencia y juventud vi al señor Dylan en la tele porque en aquel tiempo los pobres del campo no teníamos cable. Nunca se me olvidó su nombre.

Hace unos años, cuando yo tenía la edad de ella en aquel momento. Recordé esa nota mental y me dediqué a buscar al señor Dylan en todos lados. Y me lamenté de no haberlo hecho antes porque la vida musical de cualquier ser humano cambia cuando empezamos a descubrir la música de vinilo negro y dejamos atrás el ruido y los pantalones de vinilo rojos con todo lo que ello representa. Aunque aún conservo alguno que otro cd de aquellos tiempos. Hace unos meses una persona que aprecio mucho me regaló el soundtrack de la película Wonder Boys donde Dylan canta el track oficial Things Have Changed. Allí había una puerta y descubrí a Tim Hardin, a Joan Báez, a Neil Young, Johnny Cash y la música folk de los 60's. Comencé a conocer a Arlo Guthrie y la música de su padre Woody alguien que para mi era impensable, un socialista norteamericano que hacía música de protesta. También descubrí muchas otras cosas de la historia norteamericana que me resultan tan raras e interesantes como una estatua de Artigas en plena Avenida de la Constitución en Washington. (ja!)

Hace mucho que no veo a mi madre, las distancias a veces traen más beneficios que dolores. No le llamo porque siempre me grita, no le escribo porque no me contesta. Mientras viví con ella simepre pensé que me desconocía y que éramos demasiado disímiles. Hoy no tengo tanta seguridad de ello y pienso que quizás nos parecemos más de lo que sospechamos. Al menos tenemos algo en común, el buen oído o quizás dolores parecidos que abren grietas similares por donde solamente caben ciertos versos y ciertos acordes.



P. D.
Les dejo unas recomendadas. Espero que las disfruten.

(En vivo, mi canción preferida, mi interpretación preferida)
Bob Dylan Mr Tambourine Man
Neil Young Old Man
Johnny Cash Redemption

Bob Dylan & Johnny Cash
Thousand Miles Behind, Girl from the North Country
Bob Dylan & Joan Baez Blowing in the Wind
Arlo Guthrie Walking down the line

¡La ñapa!
De la tele, de la infancia. ¡Descúbrela!
Ríete y luego lamenta la edad. Jajaja!
¿Alguna duda?

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