Siempre puede ser peor, pero en este caso no me imagino cómo...


Hoy tengo un ratito para sentarme y echar un par de oraciones a esta canasta vacía que quizás nadie lea, pero al menos me queda el consuelo que quizás alguien haga arqueología de medios en algún momento y encuentre que por lo menos alguien se sintió lo suficientemente avergonzado del comportamiento de este país. Yo ya he decidido no despotricar más contra los políticos, no es un gran descubrimientos que a todos los hacen con el mismo molde de galletas. Todos en algún momento se queman o como dicen por acá en el caribe hispanohablante y beisbolero, se les ve la costura. Pese a mi negación a ver o leer noticias siempre sucumbo, quizás es algún "mensaje subliminal" del subconsciente (para ponernos posmodernos) o un simple compromiso con el ser político que hay en mi. Y no se lo tomen a la tremenda que ser político no es lo mismo que ser politiquero. Esta semana pasé por mi alma mater, ahí me estoy tirando al medio, y vi en la pared de nuestro EXTRAÑADO Y AJENO TEATRO una frase de Bertolt Brecht que me encanta y que había olvidado y me conmovió. Por obvias razones está allí entre el teatro y al glorieta, justo al lado de la FACULTADO DE EDUCACIÓN Y FRENTE A LA CALLE por donde caminamos todos esos que se supone que somos educados, que somos de bien yq ue nos importa nuestro entorno, nuestros colegas, compañeros los educados y los que no lo son. Esa frase me dolió en el alma:

"El peor analfabeta es el analfabeta político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeta político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

Después de eso poco me queda por decir que no sea más que opacado por semejante verdad. Si te mueve a ti, hay esperanza. Solamente queda que procuremos que este pueblo entienda que hay derecho a protestar pacíficamente, pero a gritar, a decir lo que está mal. A no permitir que nos sigan pasando por encima.

Hoy no puedo mas que decir que no me avergüenzan los políticos, sino nuestra irresponsabilidad, nuestra falta de solidaridad y nuestra ignorancia, nuestra insensatez y nuestro abandono.